Brian Thompson, director ejecutivo de UnitedHealthcare, fue sepultado esta semana en Maple Grove, Minnesota, ciudad donde vivía como un padre devoto de sus dos hijos. Su asesinato en un atentado en Nueva York conmocionó tanto a su familia como a la comunidad empresarial, dejando un vacío en la industria de la salud y en la vida de quienes lo conocieron.
Una vida de esfuerzo y raíces humildes
Brian Thompson creció en Jewell, Iowa, en una familia de clase trabajadora. Su madre era esteticista y su padre trabajaba en una instalación de almacenamiento de grano. Durante su infancia, ayudaba en las granjas locales desbrozando cultivos o cuidando pavos y cerdos, lo que moldeó su ética de trabajo.
En la secundaria South Hamilton, Thompson destacó como estudiante ejemplar y participó en numerosas actividades. Fue el mejor alumno de su clase, rey del baile, presidente estudiantil y miembro de la banda de música. Sus profesores y amigos lo recuerdan como un joven brillante, humilde y sociable.
Después de graduarse en 1993, Thompson ingresó a la Universidad de Iowa, donde obtuvo una licenciatura en Administración de Empresas con especialidad en contabilidad en 1997, graduándose con honores. En la misma universidad conoció a su futura esposa, Paulette Reveiz, con quien tuvo dos hijos.
Un líder humano y dedicado
En su vida profesional, Thompson ascendió a uno de los puestos más altos del sector salud, siendo reconocido por su liderazgo y carisma. Sus colegas lo describen como un hombre práctico, accesible y con un toque humano que hacía sentir importantes a quienes lo rodeaban.
Steve Nelson, presidente de Aetna, destacó su inteligencia y sentido del humor autocrítico, mientras que Matt Burns, antiguo colega en UnitedHealthcare, recordó a Thompson como un líder talentoso y cercano. A pesar de su posición, nunca perdió sus raíces ni su actitud humilde.
En su vida personal, Thompson era un padre dedicado que disfrutaba asistir a los partidos de lacrosse de su hijo y jugar al golf con su familia. Su entorno cercano lo recuerda como un hombre que equilibraba sus responsabilidades profesionales con su compromiso familiar.
Una tragedia que sacudió al sector y a su comunidad
El asesinato de Thompson, ocurrido en Nueva York, desató conmoción y una ola de indignación pública. Mientras el país procesaba la noticia, algunos en internet aprovecharon para vilipendiar la industria de los seguros médicos, llegando incluso a celebrar la tragedia. Estas reacciones causaron un profundo dolor en sus allegados, quienes intentan superar la pérdida en privado.
La familia emitió un comunicado destacando el amor y la dedicación de Thompson como esposo y padre:
“Brian era un marido, un hijo, un hermano y un amigo increíblemente cariñoso… Lo echaremos de menos el resto de nuestras vidas.”
Impacto y legado
Amigos como Taylor Hill, quien conoció a Thompson desde la infancia, lamentaron las críticas hacia él basadas en estereotipos de su industria. Hill recordó cómo su amigo, a pesar del éxito, seguía siendo el mismo hombre amable y divertido que conoció en su juventud.
El asesinato de Thompson no solo deja un vacío en su familia y en la industria de la salud, sino también una reflexión sobre cómo se perciben y tratan a los líderes en sectores polarizados como el de los seguros médicos.
La vida y el legado de Brian Thompson son un recordatorio de que detrás de cada figura pública hay una historia de esfuerzo, humanidad y compromiso, que merece ser reconocida y respetada.