El rapero Sean “Diddy” Combs fue arrestado el 16 de septiembre, enfrentando cargos de tráfico sexual, asociación ilícita y transporte para ejercer la prostitución. Estas acusaciones, que incluyen presuntas violaciones de menores, son parte del complicado escenario legal que rodea al artista de 54 años.
Combs, actualmente en prisión y sin derecho a fianza, espera su juicio a nivel federal. Los fiscales lo acusan de liderar una organización criminal que coaccionaba a mujeres a participar en actos sexuales, amenazándolas con violencia, inestabilidad económica o la destrucción de su reputación. El rapero se ha declarado no culpable.
Tony Buzbee, su abogado, indicó que su firma legal y AVA Law Group representan a 120 personas, 25 de las cuales eran menores de edad cuando ocurrieron los presuntos abusos. Según Buzbee, los casos provienen de diferentes estados y la mayoría describe agresiones en fiestas organizadas por Combs, donde las víctimas eran forzadas a consumir alcohol y drogas, un patrón que él calificó como “modus operandi.”
Entre los casos, destaca el testimonio de un niño de 9 años que habría sido abusado en una audición en el estudio de Combs, Bad Boy Records, bajo la promesa de un contrato discográfico.
Más de 3,000 personas han denunciado abusos desde que los abogados abrieron una línea telefónica para recibir testimonios, y están evaluando otras cien denuncias adicionales.
Combs, también conocido como Puff Daddy o P. Diddy, alcanzó la cima del hip-hop en los años 90. Sin embargo, desde el año pasado, múltiples acusaciones han surgido, incluyendo las de la cantante Cassie, quien afirmó haber sufrido abusos físicos y psicológicos durante su relación con el músico. Aunque llegaron a un acuerdo judicial, más denuncias han continuado saliendo a la luz desde entonces.